Turismo responsable, turismo sostenible, ecoturismo… Son conceptos que probablemente  ya te suenen conocidos pero ¿sabés a qué hacen referencia? ¡No te preocupes! Seguro que en alguno de tus viajes ya habrás ejercido como turista responsable. Y es que no es difícil…

El turismo responsable busca minimizar los impactos negativos en el ecosistema, economía, sociedad y cultura del lugar en el que se desarrolla la actividad turística, no sólo desde el punto de vista del viajero sino teniendo en cuenta también a los negocios o instituciones implicadas en la oferta y promoción de los servicios turísticos. Es decir, que tanto un turista como una cabaña o la Comuna pueden llevar a cabo prácticas de turismo responsable.

¿Querés ser un turista responsable? Te damos algunos consejos:

  1. Cuando sea viable, movete en bicicleta o caminando. Verás que Rancho Pampa está a pocas cuadras del centro del pueblo… Podés ir caminando a hacer las compras, tomar un café en Rancho Aparte Cafetería y mientras disfrutar de conocer las callecitas internas del pueblo… sus aromas, sonidos, etc.
  2. Cuando te alojás en una cabaña: ¿Te preocupás por el gasto de agua, electricidad o gas? Con la excusa de que ya tenemos todo pagado muchas veces dejamos luces encendidas, ventilador en funcionamiento, estufa prendida o pedimos que todos los días nos cambien las toallas (se gasta muchisima agua por el lavado) Con este despilfarro energético estamos perjudicando el territorio al que hemos viajado y al planeta en general. 
  3. Usa dispositivos electrónicos. Son una forma de reducir el consumo de papel y evitás generar residuos de más. Intentá tener siempre las reservas, mapas, guías o facturas en formato digital en tu celular.
  4. Respetá la naturaleza de la zona. Tratá de no degradar el ecosistema de la zona que visitás. Si vas a pasear: Llevate la basura que generás. Acampá y prendé fuego solo en las zonas permitidas. Estacioná en los lugares indicados. Respetá la cartelería. Evitá también comprar objetos fabricados con materiales conseguidos por métodos como la caza ilegal (por ejemplo pieles). Si quieres visitar un zoológico, buscá centros que hayan rescatado animales del maltrato para iniciar procesos de reinserción en la naturaleza (te recomiendo visitar PUMAKAWA).
  5. Contribuye con la economía local. Consume productos y servicios propios de la zona y que dinamicen su economía, es decir, que impliquen a otras personas y empresas del territorio. Por ejemplo, comer en restaurantes que ofrezcan comidas típicas elaboradas con productos regionales, buscar un souvenir artesanal, consultar si hay productores locales e ir a visitarlos, disfrutar de las ferias, fiestas y tradiciones, o alojarte en establecimientos gestionados por la comunidad local.
  6. Sé considerado con la población local. Viajar implica relacionarse con la gente del lugar que visitás y para ello es necesario conocer, comprender e intentar adaptarse a su carácter, hábitos, normas y costumbres. Hay que evitar imponer nuestro estilo de vida allá donde viajemos. Como por ejemplo: Formas de saludar o los horarios para comer, respetar la vestimenta, entender que los ritmos de un pueblo no son los mismos que en la ciudad.
  7. Minimiza la generación de residuos. Es cierto que cuando estamos de viaje, nos cuesta cargar con elementos de los que podemos prescindir y recurrimos al “usar y tirar”. Para no generar basura de más, es bueno que, como en nuestro día a día, utilicemos bolsas o botellas reutilizables y evitemos las vajillas y cubiertos de plástico. Consultá en el alojamiento si separan la basura y como así podés hacerlo vos también.
  8. Súmate y comparte el Manifiesto del Viajero Responsable. Cuando estés de vuelta, reflexioná sobre lo que has conocido y aprendido en tu viaje y sobre tus logros como turista responsable. Cuéntaselo a tus amigos y familiares. Comparte con ellos las prácticas y las ventajas del turismo responsable. De esta manera seremos cada vez más turistas responsables.

Categories:

Tags:

Comments are closed